Daniel Sancho asesinato

Daniel Sancho: especulaciones y realidades en el asesinato de Edwin Arrieta

Los abogados penalistas están respondiendo en pantalla plana la diferencia entre homicidio y asesinato cuando se les interroga (entrevista) sobre Daniel Sancho, el delito, la pena de muerte, la cadena de custodia, el ánimo de matar, la coartada, la evidencia y la prisión.

Algún criminólogo refuerza hipótesis alternativas de causación de hechos, un par de psicólogos extraen de la mente humana qué supone desmembrar un cuerpo y un nutrido grupo de periodistas beben de fuentes que manan del ideario colectivo.

Existen dos verdades cuando se analiza una situación antinormativa: la verdad fáctica y la verdad procesal.

Qué ha ocurrido con Edwin Arrieta y Daniel Sanchoqué se puede elevar a prueba y conducir a una convicción judicial sobre la hipótesis de ocurrencia de los hechos. En los delitos coexisten esas dos realidades, qué has hecho (y pueden probar) y por qué lo has hecho, aunque el segundo interrogante no es esencial para determinar el primero. El tránsito entre estas dos verdades siempre ha generado incomprensión. Un hombre condenado por agredir sexualmente a dos niñas de doce años prevaleciéndose de su familiaridad es condenado y, tras una publicación de ley, puesto en libertad. Eso es justicia (pero es profundamente injusto).

En el caso de Daniel Sancho la corriente de opinión general está transcurriendo en el allanamiento a la hipótesis alternativa, por varias razones. La principal, es innegable, por ser el nieto de Sancho Gracia y el hijo de Rodolfo Sancho, dos actores que mostraron cercanía, carisma, profesionalidad y se ganaron el respeto público. No hay una sola persona que lea la noticia y no tenga al padre de Daniel en uno de sus papeles, y se pregunte cómo puede haber ocurrido algo así (como si el carisma y la benevolencia fuesen en el mismo par cromosómico por herencia). La secundaria por lo extravagante del caso, Tailandia, cirujanos y cocineros, trasfondo erótico, y actitudes postmortem escabrosas. El atractivo del caso dimana de ello, las secciones concretas de truecrime de las principales plataformas de streaming atestiguan cuánto, cómo y sobre qué temas se interesa el seriéfilo y he aquí por qué copan cada matinal y cada programa vespertino las secciones de sucesos (un veinticinco por ciento del tiempo de antena de un telediario).

La hipótesis alternativa, la de la policía corrupta, la del sistema judicial primitivo, la de las pruebas que aparecen sin mínimos mecanismos de aseguramiento, el complot y la rabia de lo injusto, dejan peligrosamente a la víctima de este crimen desprotegida y minusvalorada. La persona que tenía repartido su cuerpo por diversos lugares es Edwin Arrieta. La única certeza es que la víctima murió y que su cuerpo fue desmembrado. Con esa certeza podemos presumir que la muerte no ha sido natural, que ha habido intervención de tercero (s) y que el hecho (la muerte) tuvo que ocurrir en un sitio concreto. Del análisis de los restos corporales se podrá (con mayor o menor pericia) determinar si la separación de las partes se hicieron ante o post mortem y si se reconoce el tipo de traumatismo que causó la muerte. No es errado afirmar que el cuerpo ha sido desplazado por otro (s) interviniente (es) y que, si los restos se encuentran esparcidos en diferentes lugares, han tenido que ser trasladados a esos lugares de manera alternativa o simultánea.

Cuando una persona muere, desaparece o sufre un delito grave, la investigación actúa como las ondas de agua que vemos en el río cuando lanzamos una piedra. Círculos concéntricos que van de lo inmediato a lo lejano. Si en los círculos de investigación, concéntricos, el finado aparece con Daniel Sancho (cámaras, proyectos, fotografías, testimonios), Daniel Sancho será investigado. Si Daniel Sancho afirma mantener una relación, de cualquier tipo, con Edwin Arrieta, será investigado. Y, si en el transcurso de ese alarmante hallazgo de un cuerpo cortado en piezas, una hipótesis de investigación se mantiene sobre la mesa de los criminalistas, se debe proceder con cautela pero con firmeza, aunque el sistema de justicia extranjero nos parezca poco (o nada) garantista.

Comparto la estrategia de los abogados defensores del investigado, la línea procesal para conseguir conmutar la pena de muerte en cadena perpetua y la laboriosa tarea de facilitar, por todos los medios, el cumplimiento en una prisión española (aunque con escasa posibilidad). La verdad jurídica no conseguirá satisfacer el anhelo de saber por qué ocurrió, qué sintió el victimario para actuar como lo hizo, pero, al menos, podremos seguir haciendo trabajar nuestro sistema moral y nuestra capacidad deductiva, procesando las opiniones diversas de las tertulias bajo el frío artificial del split del salón.

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